Crítica a la clase de Psicología
Haber dado una asignatura como psicología en un curso tan complicado como 2º de bachillerato me ha resultado toda una experiencia. Recuerdo el primer día de clase de psicología, un martes a sexta hora, cuando vi a Enrique entrando por la puerta cantando como loco como si estuviese feliz por empezar otro año más a dar clase. Además, recuerdo su mirada irónica y sarcástica hacia mí y hacia el resto de alumnos. Desde entonces no entendí como la psicología no le pudo ayudar nada mentalmente, no entendía como un profesor tan loco podía estar dando clases de este tipo de ciencia. Sin embargo, desde el momento en que empezó a dar clase mi opinión cambió radicalmente. Era una asignatura por la que no sentía nada de atracción ni tenía mucho interés en prestar atención. Pero Enrique hizo que sí, y de la mejor manera posible para un alumno. Resulta que desde el primer día, los que necesitábamos ayuda de la psicología éramos nosotros. Las clases se convirtieron en auténticos circos de las tonterí
